Cumplía su condena por abuso sexual en la Unidad Carcelaria N° 3. Ahora será trasladado a una casa para sacerdotes jubilados en Oran.

La Sala II del Tribunal de Juicio de Orán, integrada por la jueza María Laura Toledo Zamora y por los jueces Raúl Fernando López y Héctor Fabián Fayos, otorgó la prisión domiciliaria al obispo emérito Gustavo Zanchetta, quien cumple una condena de 4 años y medio de prisión por haber sido encontrado culpable de abuso sexual simple continuado y agravado al tratarse de un ministro de culto religioso reconocido en perjuicio de dos exseminaristas.

Por obra de este beneficio, el religioso será trasladado a una casa para curas jubilados en el monasterio Nuestra Señora del Valle. Uno de los denunciantes, M.C., destacó que a ese lugar asisten niños que cursan la catequesis y van a misa, reprochó que Zanchetta sea enviado a ese lugar y que no cumpla prisión efectiva en la cárcel.

El abogado defensor, Darío Palmier, confirmó a Salta/12 que al obispo «le otorgaron la prisión domiciliaria», y aseguró que es «por su delicado estado de salud». El religioso estuvo más de un mes internado en una clínica privada a la que fue ingresado por un pico de hipertensión.

«En cualquier momento lo trasladan al monasterio. El fallo es conforme a derecho, respetando los derechos humanos. Zanchetta va a poder ser atendido de acuerdo a su dolencia y esperamos responda favorablemente al tratamiento», dijo el abogado. Precisó que el diagnóstico sería «severa hipertensión agravada por aneurisma en arterias renales».

Salta/12 realizó consultas al Ministerio Público Fiscal y al Poder Judicial, pero desde estos organismos no pudieron brindar información porque la fiscala de la causa, Soledad Filtrín Cuezzo y la jueza Toledo Zamora, están de licencia. Además, la modalidad domiciliaria fue concedida justo antes de que comience la feria judicial, que inicia la semana próxima.

M.C. fue denunciante en la causa en la que Zanchetta fue condenado. Aseguró que hay un entramado de poder que incluye a médicos, abogados, curas, un legislador, finqueros, funcionarios judiciales y al mismo Papa Francisco para favorecer al condenado y sacarlo de la Unidad Carcelaria 3 de Orán.

«Me parece tan injusta la justicia, (Zanchetta) no pasó ni un año preso y con tantas mentiras que hay de fondo, aún así, le han cedido la prisión domiciliaria, sabiendo que va a un lugar donde acuden niños, mujeres. La justicia no está velando por la sociedad como tendría que hacerlo. Me parece también que el actual obispo de Orán Luis Scozzina, y muchos curas de la Iglesia, optaron por callar tanta injusticia ante un hecho que dañó tanto a la iglesia diocesana», dijo el exseminarista.

Indicó que Zanchetta cumplirá la prisión domiciliaria en una casa que está en el predio del monasterio, conectada al convento. «La casa donde él iría, está conectada al convento, que es un lugar público, va un cura a celebrar misa, los niños que cursan la catequesis y los monaguillos», ratificó. Además, dijo que hay una secretaría o librería, donde las monjas atienden al público y acuden familias porque allí les venden objetos religiosos, o anotan las intenciones para la misa. «Una persona con una denuncia por abuso sexual no puede estar cerca de niños”, consideró el exseminarista.

“Nos duele la injusticia que muestra la Iglesia, con todo lo que se va revelando y conociendo. Pero lamentablemente tenemos que seguir y acarrear con todo lo que nos tocó vivir”, expresó M.C. Señaló por otro lado que en el proceso canónico “no le quitaron el ministerio» a Zanchetta. «Más allá de que sea un obispo, si está probado que cometió abusos ¿no tenía que ser más justa la Iglesia o más recta con lo que predica?», cuestionó.

“Esa construcción a la que quiere ir Zanchetta fue del padre Diego Calvisi, quien la pensó para los curas ancianos», contó. Lo paradójico es que Calvisi, quien ya falleció, fue uno de los 5 curas que enviaron las primeras denuncias contra Zanchetta.

Según señaló un exseminarista que en el juicio declaró como testigo contra Zanchetta, la superiora que autorizó al obispo emérito a cumplir prisión domiciliaria en el monasterio es la abadesa Margarita Pérez Argo, quien habría accedido ante el pedido del actual obispo Scozzina.

Para M.C., “no es verdad” la enfermedad del obispo. “Primero le había agarrado supuestamente un pico de presión en la cárcel, llamaron a un médico de tribunales que dijo que no tenía nada, que se le subió la presión y que tome un medicamento. Después lo llevaron al hospital y le dijeron lo mismo, que no necesitaba internación. Cuando estuvo en la cárcel llamaron a otro médico (…) y lo sobornaron”, aseguró. Este último médico al que se refirió también es del Poder Judicial.

Palmier presentó un recurso de casación en el que pide la absolución de su defendido y cuestiona la condena impuesta.

Presión a curas y represalias
M.C. aseguró por otra parte que en otra investigación canónica que está llevando a cabo el abogado José Belda Iniesta, quien es defensor del obispo en el juicio eclesiástico, “Están buscando acusar a los curas que declararon en contra de Zanchetta».

Dijo que supo de esto por personas que ya fueron entrevistadas por Belda Iniesta y le contaron de qué tratan las preguntas. “Preguntan por cuestiones económicas, piden facturas, e intentan acusar a un cura de tener un hijo de 7 u 8 años cuya madre es una mujer devota de la Iglesia”, aseguró M.C. “Buscan acusarlo de alguna forma y quieren limpiar con eso la imagen de Zanchetta”, insistió.

Para el denunciante, la designación de Belda Iniesta para investigar estos temas es “rara” porque es abogado de Zanchetta y está desarrollando una investigación sobre curas que confrontaron con su defendido. Y destacó el hecho de que no se le dió intervención al juez único del Tribunal Eclesiástico de la arquidiócesis de Salta, Loyola Pinto y de San Cristoval.

Señaló que pese a que el obispo Scozzina aseguró en un comunicado que acompañaban a las víctimas, hay una «doble moral» porque «Como obispo predispone y dispone el monasterio donde supuestamente Zanchetta cumplirá la prisión domicliaria, ahí va a vivir como rey, comida, luz, internet, todo lo que quiera tener lo tendrá», sostuvo.

Asimismo, recordó que le solicitó al obispado de Orán que le paguen el tratamiento psicológico y Scozzina aceptó darle «una ayuda mínima» de $4.000 a una profesional por 4 sesiones al mes. «A mí la Iglesia no me acompañó» ni antes ni después de la denuncia, resaltó M.C.

En el juicio, la fiscala Filtrín Cuezzo quien tuvo a cargo la causa, estuvo acompañada por el fiscal Pablo Rivero, ambos fueron cuestionados por referentes de organizaciones civiles debido a la calificación legal de la acusación a Zanchetta y la pena que solicitaron.

«La Iglesia debería empezar a pedir disculpas a la gente, la gente tiene derecho a tener buenos curas, obispos, y un buen Papa, que tenga coherencia con lo que dice y con lo que es en el fondo. La Iglesia necesita un gran cambio. Es una institución que habla del bien, de la verdad, teóricamente son expertos en lo que es la moral pero no la practican», expresó M.C.

Fuente: Página 12

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