La responsable del Centro Tinku señaló que continúan esperando que les devuelvan el edificio de calle Pueyrredón. “Estamos con los brazos atados. La capacidad es mínima», manifestó.
El Centro Asistencial “Tinku” continúa esperando que les devuelvan el edificio de calle Pueyrredón y Eduardo Arias, luego de que fuera destinado como Anexo Covid en el pico de la pandemia en Orán.
Primeramente, la entrega se alargó debido a la instalación de un ascensor y ahora deberán seguir esperando por obras de refacción en el edificio.
“Estamos con los brazos atados. La capacidad es mínima y hay que armar toda una planificación porque no hay camas disponibles. Es angustiante no solo para nosotros sino también para la familia”, expresó Cecilia Olivera, responsable de Tinku, en entrevista con Mónica Insaurralde.
Sin embargo, aclaró que las articulaciones con el servicio de salud mental del hospital San Vicente de Paul se realizan “de la manera más oportuna posible para evitar que tengamos que ir hasta Salta a buscar una especialidad como lo es la psiquiatría o la internación”.
“Nos vamos manejando con lo que tenemos pero no es lo que esperamos ni lo que se necesita”, añadió.
La dificultad: internación
Olivera señaló que Tinku cuenta con tres psicólogas y diariamente se otorgan nueve turnos tanto en el turno mañana y tarde, haciendo un total de dieciocho turnos.
Si bien se logra dar respuesta a consultas desde el ambulatorio, la dificultad se presenta al momento de la internación, ya que hay escases de camas por el reducido espacio físico.
Indicó que llegaron a tener una lista de espera de diez personas. “Es un número grande para decir que tenemos dos camas, es un poco irrisoria. La lista de espera nos permite localizar alguna otra estrategia que no sea la internación y así dar respuesta”.
“La salud mental está en quinto plano”
Por otro lado, manifestó que Orán pasó muchos años sin tener psiquiatra y eso provocó daños en pacientes con problemas en salud mental porque nunca pudieron recibir tratamiento. “Son cuestiones que dificultan hoy lo que ya viene pasando desde hace años. Son tratamientos que nunca se hicieron y diagnósticos que nunca se dieron”.
La situación no cambió como se esperaba ya que al día de la fecha, el nosocomio local cuenta con un solo psiquiatra.
Por todo lo expresado, la profesional considera que la salud mental no es prioridad y tampoco lo fue en pandemia.
“La salud mental está en quinto plano y eso se nota, nosotros lo vemos cuando la familia llega con esa angustia y preocupación por su familiar”.
Consultada sobre si reciben pedidos de ayuda desesperada de gente con problemas de consumo, contestó que sí. “Tratamos de darles la ayuda. Hay gente que no puede por sí sola y acudimos a salud mental del hospital para buscar alternativas”.